Como ya sabéis, el pasado 8 de septiembre empezamos el colegio. Al igual que cada año los profesores del Colegio Juan Pablo II- La Inmaculada  de Guadarrama afrontamos este nuevo curso como un gran reto lleno de alegría, entusiasmo y muchas ganas de conseguir trasmitir los valores que nos representan.

Llegamos con las pilas recargadas, pero también nuestros alumnos entraron en su primer día de colegio con las mochilas llenas no sólo de libros, sino de ilusión por todas las cosas nuevas que van aprender este año, por el reencuentro con sus compañeros antiguos y expectantes por ver si este curso tenían amigos nuevos, sabiendo que no sólo van creciendo en conocimientos; también crecen como personas.

Tenemos que hacer una mención especial a los más pequeños del centro, a los alumnos de 1º de Educación Infantil. Sabemos que empezar en el “cole de mayores” supone un gran cambio y por eso nos esmeramos en que este paso sea lo más cómodo y fácil para ellos y para los papás.

Para facilitar este proceso de adaptación les pedimos a los papás que nos acompañasen el primer día de cole. En pequeños grupos vinieron para hacer lo que el Equipo de Educación Infantil  habíamos preparado con gran entusiasmo.

Abrimos las puertas de nuestro colegio, donde nos encontramos a papás llenos de ilusión pero a la vez con cara de miedo por el paso tan importante que están dando sus hijos. Alumnos con cara de asustados completamente pegados a la mano de sus papás pero a la vez con gran entusiasmo porque  por fin llegaban al cole de mayores.

La sorpresa fue enorme cuando nuestros pequeños alumnos comprobaron que en su cole tenían un fantástico parque infantil. Rápidamente esas manitas que permanecían unidas a sus papás se soltaron para dar su primer paso de independencia a su nuevo hogar. A su vez los padres comenzaron a relajarse y las sonrisas fueron lo que imperaron a lo largo del día.

Después de familiarizarse con su parque, llegó la hora de conocer el aula en la que pasarán su primer curso en el colegio. Fue un momento de gran emoción porque fueron los propios papás los que presentaron a su hijo la clase en la que van a estar; de esta manera los niños se sintieron más seguros ya que vieron que sus padres formaban parte de la familia del colegio.

La sorpresa fue mayor para los padres cuando les dijimos que tenían que ensuciarse las manos. Les pedimos que pintasen con pintura de dedos su mano y la de sus hijos y las plasmaran en una cartulina, para luego ponerla en nuestra pared del salón y que todo el que pase por ahí pueda verla.

Para terminar el día en el cole, les hicimos mover el esqueleto bailando canciones, se lo pasaron tan bien que llegó el momento de  irse  a casa y alguno se puso a llorar porque no quería dejar su cole.

A este primer día en el colegio le ha seguido  una semana fantástica en la que hemos afianzado con más juegos  y  canciones las ganas de los niños de volver y que se sientan como en casa. Poco a poco fueron dejando a un lado los miedos y disfrutamos cada día un poco más de esta nueva etapa en el que vamos unidos padres, hijos y profesores.