¿Por qué el rugby? Porque reúne todas las condiciones por las que un colegio como el nuestro debe promover este deporte jugado por caballeros. ¿Que no sabes cuáles son? Entonces sigue leyendo…

El colegio Juan Pablo II ha incluido al rugby entre las actividades deportivas extraescolares programadas para el curso 2017/2018. Los resultados no se han hecho esperar. A día de hoy, la incipiente escuela de rugby del colegio la conforman una treintena de escolares integrados en dos categorías: sub-6 y sub-10. Y esto no ha hecho más que empezar.

Sin embargo, la elección de este deporte por parte de la Fundación Educatio Servanda, entidad que gestiona las actividades deportivas extraescolares de los colegios Juan Pablo II, no es en absoluto fruto de la casualidad.  ¿Por qué el rugby?

Trabajo en equipo el rugby es un deporte de equipo, donde el todo suma más que las partes, donde el “nosotros” prima sobre el “yo”. En cada partido de rugby se hace visible la aplicación en su literalidad del aserto “confía en el compañero de al lado como si fuera tu mismo brazo”. Cuidamos de quienes nos rodean, trabajamos y caminamos codo a codo junto a ellos.

Talento: cada jugador tiene una misión concreta que debe cumplir. De ahí que el rugby sea un deporte extremadamente ordenado. La variedad de conceptos y funciones permite que cualquier tipo de físico pueda jugar, siempre y cuando encuentre la posición idónea para sus facultades

Humildad: en el rugby afloran nuestros talentos, pero también nuestras limitaciones. Somos humanos y a menudo dejamos constancia de ello a través de nuestros errores. Es esa constancia de nuestras limitaciones la que nos obliga a ser humildes. Necesitamos al compañero para alcanzar los mismos objetivos. No pretendemos destacar, ni hacerles sombra. Y mucho menos borrarlos o ningunearlos. Nos ponemos al servicio del equipo y lo hacemos con humildad.

Amistad: de lo anterior se deriva que las experiencias que vivimos en nuestro equipo de rugby nos revelan los mejor y lo peor de nuestros compañeros de equipo. Así se forjan grandes amistades para toda la vida.

Compromiso: en el rugby el compromiso se traduce en jugar con responsabilidad y respeto al deporte que se practica y fundamentalmente a todos los que te rodean.

Respeto: Piedra angular de este deporte. Así llamamos a la roca donde se erige el juego limpio. Respeto a los compañeros, a los árbitros, a los rivales, a los aficionados. Respetar a todos es la mejor manera de honrar a este maravilloso deporte. Se dice que es un deporte de villanos –dada su aparente brusquedad- jugado por caballeros. Notable diferencia frente a otros deportes que hoy por hoy gozan de un apoyo masivo entre los aficionados.

Tradición: todas estas actitudes, repetidas a lo largo de muchas décadas, han sido tatuadas a fuego en el ADN de todo jugador de rugby, lo que propicia que se hayan convertido en sus señas de identidad.

Si te preguntabas por qué el colegio Juan Pablo II apoyamos y apostamos por el rugby, ya conoces la respuesta.